Tóxico; adjetivo/ [sustancia] Que es venenoso o que puede causar trastornos o la muerte a consecuencia de las lesiones debidas a un efecto químico.
Vamos a ver, yo comencé a ser una lectora de novelas románticas cuando pude tener acceso a ellas que fue a mis doce o trece años, encontré en casa de mi abuela una caja llena de Harlequins y cada semana me llevaba dos o tres para leerlos y pronto me volví adicta a esas apasionadas historias de amor.
Por supuesto tenía ideas del tipo "quiero una historia de amor justo así", pero al mismo tiempo era realista, esas historias eran fantasías, como las películas que veía los domingos en el cable con mi mamá donde las protagonistas guapísimas disfrazadas de mujeres corrientes que un día deciden ir a la peluquería -quizá por primera vez en su vida- y aparecen preciosas con un cambio de look donde básicamente solo las peinan y maquillan además de vestir con mejor ropa y el guapo y por supuesto millonario protagonista por fin abre los ojos y se da cuenta que la ama.
Cliclés, clichés, clichés.
Pero era lo que me gustaba, hasta la fecha sigo disfrutando algunas de esas historias, pero ya desde aquel entonces notaba ciertas cosas que no me gustaban o disfrutaba tanto.
Mi madre siempre me crió con un lema que su padre le dejó: trabaja y esfuérzate para ser una mujer independiente y así no tener que levantarle* la mano a un hombre (*se refiere a levantar la mano para pedir dinero).
Luego de esa breve explicación, retomamos, la cosa es que alguna vez en algún libro el protagonista masculino le decía a la chica que no le hacía gracia que usara pantalones, okay, entiendo que era un romance texano en los años ochenta pero ni así justifica una actitud tan horrenda hacia algo tan común, cuando lo leí recuerdo que me reí diciéndome "ni mi papá me dice cómo vestirme, menos me dejaría que alguien más lo haga", un pensamiento muy mexicano que también me enseñó mi madre, y gracias a eso tenía mis ojos abiertos ante esas actitudes machistas que para mi no importaban.
En fin, las historias seguían y seguían, muchas las dejé de lado cuando no me producían una buena sensación, una de esas historias también era sobre un vaquero texano que todo el tiempo culpaba a la chica por hacer que la deseara, así que siempre que la veía se enfurecía, la besaba y luego la culpaba por provocarlo, recuerdo sentirme molesta por el hecho de que la chica se lo permitiera pero sobre todo me molestaba con él por hacerlo una y otra vez hasta que punto que decidí que no necesitaba seguir con eso y abandoné la historia.
Fue una buena decisión.
Ahora, desde hace unos cuantos años las mujeres hemos tenido un nuevo despertar hacia esas actitudes, lo cual es maravilloso ya que nosotras mismas somos capaces de decir: eso no me gusta, eso no está bien, no quiero esto... no.
Aprendimos a decir NO.
Y eso está bien.
Con ese maravilloso despertar, también llegó a mi abrir los ojos ante esas mismas actitudes en los libros: si no iba a soportarlo como la persona que soy, tampoco iba a soportarlo en mis libros.
Todo comenzó con Maravilloso desastre de Jamie McGuire: pedí ese libro como regalo hace años porque estaba muy de moda y escuché que la historia era buena, además todas amaban a Travis y decían el hombre perfecto que todas querían.
Yo lo odie, y no lo supe la primera vez que lo leí, solo me sacaba de quicio, pasó de ser un chico carismático a ser más posesivo que un espíritu maligno en muñeca fea, literalmente no dejaba que NADIE ABSOLUTAMENTE NADIE mirara a su chica, no dejaba que nadie se sentara a su lado, la agobiaba todo el tiempo, yo me sentía asfixiada solo de leerlo, me recordaba mucho la forma de ser de mi hermano con su novia, yo ya veía ese romance mal y ahora veía lo mismo en las páginas de un libro.
Y decidí que no me gustaba ese libro, no me gustaba su historia pero sobre todo no me gustaba Travis Madox: no me gustaba su actitud de luchador que puede con todo, su posesividad, el hecho que lleve a dos chicas para acostarse con ellas mientras su mejor amiga está del otro lado de la puerta, su forma de andar deprimido cortándose las venas cuando Abby se va, no que nadie más la mire, siendo un imbécil básicamente.
Y aún después de lo anterior todavía le di la oportunidad al libro desde su punto de vista, una idea terrible. Me deshice de los dos pocos meses después.
Pero como ese, libros disfrazados de romances juveniles siguen llegando cada día a las librerías con portadas llamativas, convirtiéndose en bestseller llegando a los tops de libros más vendidos y las personas siguen leyéndolo, ¿y qué viene luego de esto?
¡Un montón de personas haciendo hilos en twitter larguísimos explicando porqué eres una persona estúpida por leer y creer eso! , ¡otro montón que los ama y piden películas y serie adaptadas de esas historias!, ¡y unos cuantos más que dicen que todas las personas jóvenes toman ideas erróneas del amor a causa de eso!
Ahí viene mi molestia: sí, muchas de las personas que leen esos libros no tienen la madurez, si quieren llamarlo así, de leer esa clase de cosas sin tomárselas a pecho, sin que, como yo hace muchos años atrás, diga "que ganas de una relación así", ¿pero saben qué? ¡las personas se dan cuenta que está mal! Saben que al final el chico malo, rudo, romántico y perfecto no va a salir de esas páginas, ven otras relaciones reales así y notan que no está bien, así que dejen de tratar como tontas a las personas que lean eso, ya entenderán que no está bien, ya entenderán que solo es la fantasía de otra persona plasmada en papel, ya abrirán, como todos lo hemos ido haciendo, los ojos a cómo no permitir esa clase de cosas en su vida.
Y eso es todo, nos leemos pronto.